Había una vez una niña muy pequeña que quería una muñeca. Como en esa época no había tanto
dinero su madre le dijo que no. A pesar de ello la niña siguió insistiendo
tanto que su madre la castigó sin salir de su habitación. Ella temerosa por la
edad que tenia ya que era la edad de la hada de los dientes le preguntó que si
le seguiría viniendo a causa de su actitud.
Su madre le dijo que no. La niña asustada le fue a preguntar
a su padre por si esa negación era del enfado, al ver la mirada de su padre que
se notaba que la había visto las intenciones se giró y se fue a su habitación,
llorando desesperad amente. No a causa de la muñeca sino a causa de la hada de
los dientes ya que se le estaba a punto de caer uno.
Pasaron unas semanas y seguía castigada al ir a cenar notó
que en el lomo había una especie de hueso y le preguntó a su madre:
-
¿Mama el lomo tiene hueso?
-
No cariño. ¿Porqué?
-
Creo que se me ha caído un diente.
-
Muy bien ahora ves al baño y enjuágate.
La niña fue corriendo al baño pero de camino se quedó
pensando en lo que le había dicho su madre.
Llegó la hora de dormir pero de la angustia de si iba a venir
o no el hada se quedó despierta, mientras pasaban las horas se empezó a acordar
de que le habían dicho que el hada venía a media noche. Esperó y esperó hasta
que su despertador marcó las doce y
apareció.
La niña toda contenta estuvo a punto de gritar pero el hada
fue más lista y le dijo que no gritara, la niña le preguntó que le había traído
y el hada le respondió: La próxima vez que quieras algo no rechistes tanto
porque la próxima vez no vendré.
El hada se fue y la niña se quedó reflexionando y se dio
cuenta de que había hecho mal y al día siguiente le fue a su madre a pedirle perdón.
Colorí colorado este cuento se ha acabado.