Constanza siguió con el negocio de avionetas que tenía con su amigo Dechen antes de que se muriese.
Van pasando los años y Constanza se va haciendo mayor y le cuesta más llevar el negocio. Decide jubilarse y le da en herencia a su hija, que tuvo unos años atrás.
Contrataron a unos empleados ya que su hija no iba a saber llevar el negocio sola.
En su jubilación conoce a un hombre, y los dos juntos se pasan haciendo viajes al largo de los años. Un día a Constanza le detectan que tiene un cáncer y que no durará mucho más viva. Yendo a una revisión con su marido, sucede una tragedia, tuvieron un accidente, un camión se desvió y se chocaron. Murieron los dos.